Lo que realmente importa
Con tres niños pequeños a los que vigilar, la seguridad alrededor de la piscina era algo obvio para Camille y Arthur.
Pero vivir en Normandía, con su tiempo imprevisible, también significaba que necesitaban una solución práctica y rápida para su ajetreada vida diaria.
Su antigua lona de barras, pesada, voluminosa y difícil de manejar, acababa convirtiendo cada baño en una obligación. Como resultado, su piscina no se utilizaba con demasiada frecuencia, al contrario de lo que habían imaginado.
¿Qué buscaban entonces? Una cubierta que ofreciese una seguridad óptima, fácil de usar y totalmente acorde con su vida familiar activa, una solución que libere tiempo, y no al revés.


La solución a medida
En busca de una alternativa más adaptada a su estilo de vida, Arthur descubrió Coverseal en Internet. Rápidamente, la pareja se interesa por nuestro modelo automático. Su autonomía energética, gracias a sus paneles solares y baterías integradas, su facilidad de uso y su elegante diseño les atraen directamente.
La posibilidad de abrir o cerrar la piscina con un solo movimiento, mediante un control intuitivo, marca un punto de inflexión en su vida diaria. Se acabaron las tediosas manipulaciones: la cubierta se abre y cierra con fluidez, sin esfuerzo ni pérdida de tiempo.
Este dispositivo único garantiza la máxima seguridad para sus hijos, al tiempo que protege eficazmente el agua de hojas y detritus, así como de la evaporación y la pérdida de calor.
Vida cotidiana simplificada, placer preservado
Hoy, Camille y Arthur disfrutan de su piscina siempre que les apetece. Ya no es necesario lidiar con una lona caprichosa: en un abrir y cerrar de ojos, la cubierta desaparece y vuelve la serenidad. Auténtica libertad para toda la familia, tanto en verano como en invierno.